Primera reseña del disco que se podrá escuchar en vivo y en directo muy pronto en Madrid, escrita por Gemma Solés i Coll (melómana, cantante, crítica musical y radioamante). Antes sus palabras, yo me quedo sin ellas.

El álbum debut de esta madrileña es un viaje sonoro que va de Madrid a Kingston y de Londres a Lisboa, haciendo paradas a dos de sus fuentes vitales indiscutibles: New Orleans y Río de Janeiro. Arañada por el blues, la voz de Camila Monasterio mezcla lo acústico con arreglos impecables en temas donde la sección de vientos da un peso arrollador al reggae y al soul de raíz. Con caricias que susurran a Marisa Monte o a Corinne Bailey Rae, Camila trasciende los purismos y se pasea con elegancia y suavidad por un mapa musical que muestra su lado más íntimo. Un primer disco en solitario que llega después de más de una década consagrada a los ritmos jamaicanos y que la sitúan en el podio de las voces nacionales femeninas osadas en salirse del corsé de un mundo aún dominado por hombres, prejuicios y egos inflados. 

[Gemma Solés i Coll escribe en Wiriko, canta en the Kinky Coo Coo’s y hace increíbles colaboraciones como ésta con Bass Culture Players].